Originalmente publicado en Eurodad, por Bodo Ellmers
La comunidad acreedora tiene otro momento de conmoción y pavor esta semana, a medida que más y más actores influyentes argumentan que Grecia debería dejar de pagar los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y más bien utilizar los escasos recursos públicos para hacer frente a su crisis económica y humanitaria. Mientras que el primer ministro Tsipras todavía trata de aliviar a los acreedores, la idea está aquí para quedarse. Y es buena: Grecia no sólo debe posponer pagos de préstamos, sino declarar su quiebra – detener los pagos al FMI para siempre. Esto ayudaría a fin de reformar el FMI desde el títere político que es ahora en un instrumento de respuesta a la crisis real y efectiva.