Por Julia, colaboradora de la PACD
La apuesta por la Auditoría de la Deuda, clave para entender el desenlace en Grecia
Los medios de comunicación, marcados por sus estereotipos machistas y neoliberales, han puesto el foco casi exclusivamente en Varoufakis para explicar lo que pasaba en Grecia. Siempre es más fácil construir un mito que intentar explicar las complejidades de la situación y, más, si te lo ponen fácil y nombran de ministro de economía a un tipo con fama de duro. De esta forma, a pesar de lo subversivo de la situación, con un primer ministro y un ministro oponiéndose por primera vez en Europa a los dictados de la troika, se consigue dar una imagen que encaja con los valores dominantes, se trata de un gran experto, hombre, que él solo va a conseguir cambiar la situación y si él fracasa ya no hay nada que hacer.
Pero obviamente la situación es mucho más compleja, las posiciones de Tsipras y Varoufakis no se pueden explicar sin reconocer el clima de movilización e indignación que ha atravesado Grecia en los últimos años, ni la evolución que ha seguido Syriza desde las anteriores elecciones. Además, el propio gobierno de Syriza tiene sus matices, con distintos actores jugando roles diferenciados. En este sentido, no es casual que mientras en Bruselas el eurogrupo lanzaba su ultimátum, en Atenas se presentara el informe preliminar del Comité de la Verdad sobre la Deuda Pública Griega.
El Comité de la Verdad, encabezado por Éric Toussaint, concluyó de forma firme que “Grecia no debería pagar la deuda porque es ilegal, ilegítima y odiosa”
El Comité de la Verdad, encabezado por Éric Toussaint, concluyó de forma firme que “Grecia no debería pagar la deuda porque es ilegal, ilegítima y odiosa”. Además de denunciar los planes de ajuste estructural como causantes de una deuda que ha supuesto la “violación directa de los derechos humanos fundamentales de los habitantes de Grecia”. Por tanto, el informe fue claro en determinar que los responsables de la situación que vive Grecia no son sus propios habitantes, sino unas medidas económicas orientadas políticamente en beneficio del gran capital, al mismo tiempo que dejaba claro que la deuda griega es impagable y que las consecuencias de seguir aplicando la austeridad podrían ser nefastas. Con este informe encima de la mesa se hacia cada vez más difícil claudicar.
Por tanto, podemos decir que el movimiento estratégico de Zoe Kostantopoulou, presidenta del parlamento griego, al constituir el comité de la verdad fue clave en el desencadenamiento de los hechos. A pesar de que los medios de comunicación internacionales no le han dado mucha importancia, como afirmaba Diego Borja, exministro ecuatoriano y miembro del comité, la presentación del informe ha tenido su influencia en las negociaciones. Ya que se ha vuelto a poner encima de la mesa la denuncia de los mecanismos de endeudamiento, las consecuencias de la austeridad y la necesidad de un impago de la deuda, algo que durante las negociaciones se había silenciado.
El ejemplo Griego nos muestra una vez más la potencia de Auditar las Deudas.
El ejemplo Griego nos muestra una vez más la potencia de Auditar las Deudas. Como pasó en Ecuador, la Auditoría de la Deuda legitimó una quita del 70% de la deuda, permitiendo liberar recursos para servicios básicos como educación o salud. Determinar la ilegitimidad o ilegalidad de la deuda a través de la auditoría sirve, por tanto, para enfrentarte a los acreedores con una posición de fuerza, cambiar el rol de víctimas y denunciar los responsables. Al mismo tiempo, es una herramienta de pedagogía política y económica ya que permite trasladar a toda la población la denuncia del sistema económico neoliberal y sus consecuencias, dándole la vuelta al discurso neoliberal que pretende dar responsabilidades individuales a desigualdades estructurales.
Desde la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD) abogamos por auditorías ciudadanas, que puedan tener una repercusión aún mayor por su capacidad de empoderar a la ciudadanía, legitimar el proceso y desmontar desde sus bases el modelo económico neoliberal.
En este sentido, es importante reconocer que una auditoría de la deuda tendrá mucha más repercusión si es asumida por gran parte de la población, es por esto que desde la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD) abogamos por auditorías ciudadanas, que puedan tener una repercusión aún mayor por su capacidad de empoderar a la ciudadanía, legitimar el proceso y desmontar desde sus bases el modelo económico neoliberal. A pesar de las dificultades de articular un movimiento antideuda potente, ya que es más fácil movilizarse contra sus consecuencias que contra sus causas, el ejemplo de Grecia nos demuestra la necesidad de construir un movimiento fuerte frente a la deuda. Que denuncie sus causas y consecuencias y que defienda firmemente la necesidad del “no pago”, como una condición para recuperar la soberanía y los derechos.