Entrada publicada originalmente en el Blog de Yanis Varoufakis
El referéndum del 5 de julio quedará en la historia como el momento único en que un pequeño país europeo se levantó contra la servidumbre de la deuda
Como todas las luchas por los derechos democráticos, también esta historia del rechazo al ultimátum del Europrupo del 25 de junio pasado viene con una etiqueta adjunta de elevado precio. Por lo tanto, es esencial que el gran capital otorgado a nuestro gobierno por el espléndido resultado del NO, se invierta de inmediato en un Sí para una adecuada solución — un acuerdo que implique la reestructuración de la deuda, menos austeridad, redistribución a favor de los necesitados y unas reformas reales—.
Rápidamente, después del resultado del referéndum, me di cuenta de que existía cierta preferencia de algunos de los participantes en el Eurogrupo y socios varios por «mi ausencia» en sus reuniones, una idea que el Primer ministro juzgó potencialmente útil para el alcance de un acuerdo. Por esta razón, dejo el ministerio de Finanzas hoy mismo.
Considero que mi deber es ayudar a Alexis Tsipras a sacar provecho, como le parezca mejor, del capital que el pueblo griego nos concedió mediante el referéndum de ayer.
Y llevaré el odio de los acreedores con orgullo.
Nosotros, los de la izquierda, sabemos cómo actuar colectivamente sin prestar atención a los privilegios de un ministerio. Respaldaré totalmente al Primer ministro Tsipras, al nuevo ministro de Finanzas y a nuestro gobierno.
El esfuerzo sobrehumano para honrar al valeroso pueblo de Grecia y su famoso OXI (NO), que ofrece a los demócratas de todo el mundo, acaba de comenzar.